Escultor ceramista nacido en Valencia en 1936.
Cada una de sus esculturas son un trabajo plástico e intelectual que ha partido de una sólida formación artística. Sin embargo, su bagaje intelectual no le ha hecho valorar menos el conocimiento de la técnica y el trabajo en el taller ya que le ha dedicado toda la energía y tiempo prestándole gran importancia a cada parte del proceso, como medio inseparable de conseguir lo que busca.
Enric Mestre utiliza como materiales de trabajo el gres, óxidos, pigmentos, engobes y esmaltes cerámicos, cuyas recetas ha elaborado él mismo y perfeccionado durante más de 30 años de dedicación.
En cuanto al concepto artístico de Mestre, no hay duda que ha bebido de las fuentes de la Modernidad: Cezanne, Mondrian, Klee y Rothko; sin embargo aunque en el gusto estético y en el lenguaje encontremos puntos de conexión convergente con obras modernas, es evidente que en su haber también suma el gusto, interés y conocimiento de la pintura clásica.
En general, cuando se contempla una escultura, por su naturaleza relativa al volumen, ésta absorbe la luz y actúa como un foco de reflexión tanto de la luz que recibe como de la sombra que proyecta hacia el exterior o sobre sí misma. Mestre no se conforma con esto, sino que lo que él hace es transmutar la esencia de la limpieza de sus volúmenes, iluminándolos o proyectándolos en un ambiente de penumbra por medio de un tratamiento pictórico. En su obra, la geometría de las formas adquiere una nueva dimensión y profundidad mediante la ilusión óptica que crea el empleo del tratamiento pictórico a base de veladuras y sombras que van a transfigurar las formas.